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The Mirror [2014]

miércoles, julio 23rd, 2014 | Barcelona, Restaurantes

Como cuenta el propio Paco Pérez, el proyecto de The Mirror apuntaba inicialmente a una arrocería, pero se fue sofisticando hasta nacer convertido lo que es. Algunos platos del recetario clásico de Miramar, producto de temporada siempre fresco, mucho cuidado por los detalles, un local amplio, elegante y luminoso… y sí, por supuesto, unos buenos arroces.

The Mirror llegó incluso a sonar en algunas quinielas para la pasada edición de la Michelin. Puede que le falte aún un poco para formar parte de la constelación de la ciudad, pero es fácil darse cuenta de sus buenas maneras en cocina y sala.

Habrá quien eche de menos algo más de ambiente, ya que no es un local que suela sobrepasar los dos tercios de su aforo. Para los que buscamos tranquilidad, hasta cierto punto, un valor añadido. Eso sí, el día de autos, un complicado martes al mediodía en pleno mes de julio, las mesas llenas podían contarse con los dedos de una mano.

Ya en faena, bien los entretenimientos, con una espuma de ajoblanco, de divertido regusto picante, con gelatina de Pedro Ximenez; una pequeña croqueta de jamón ibérico, melosa; y una moderna, y mucho más ligera que la original, versión de la gilda, con la piparra esferificada.

Tal y como recuerdo desde la inauguración, excelente pan de sésamo, esponjoso como pocos, acompañado de un kit de mantequilla aromatizada, confitura de tomate y escamas de sal. También presente, un finísimo pan de olivas, poco apto para manazas como el que suscribe.

A partir de aquí, todo a compartir, empezando por los boquerones fritos a la andaluza. Recordando a Inopia, subtitulan en la carta, pero creo que nunca llegué a ver esa excelencia en los de la buena tapería de Albert Adrià. Producto fresco, ejemplares muy jugosos y fritura tan crujiente como sabrosa.

El pulpo y huevo al nido, mucho más fotogénico antes de proceder con el reparto, se deja de sutilezas, aportando la contundencia propia de sus ingredientes, en un conjunto bien proporcionado. Aun así, el menos lucido de la sesión.

Como platos principales, dos arroces: el de verduras, inicial, muy suelto, con el arroz muy entero. Ojo, tal vez demasiado, al notarse un poco seco en el centro de un grano de innegable calidad. En el haber, sabores limpios, apoyados en unas verduras en muy buen punto y, en particular, en unos tirabeques bien empleados.

El segundo, un impecable arroz a banda. Perfecta cocción del grano, sabroso fondo de pescado correctamente embebido y materia prima tratada con mimo -¡un hurra por la cigala!-. El allioli, muy suave, liga y le da al plato la dimensión buscada, justificando la bien ganada fama del local.

Los postres, siendo más que correctos, dieron la sensación de estar algo por debajo de pasadas temporadas, quedando en el recuerdo referencias como aquella crema-sopa de limón con helado de albahaca y pestiños que tanto nos hiciera disfrutar hace unos años. En cualquier caso, refrescante coco-loco, buena opción para desengrasar la cata de arroces. Para los más golosos, los buñuelos de chocolate con galleta María y un helado de café.

En todos ellos, postres pretéritos y futuros, sí se mantiene el nivel de unos helados que demuestran, también en la parte dulce del menú, el cuidado por la materia prima.

En los petit-fours, aromática madalena de limón y tomillo, dulzón stick de chocolate blanco y un flojo dulce de mango cuya textura, demasiado seca, necesita una pequeña revisión.

En la parte líquida, además de agua y café, un par de copas del interesante Xarel.lo 2013 Castanyer, profundo, cuyas notas de barrica lidiaron bien con los arroces.

Con un servicio atento y una generosa luz natural difícil de ver en locales del Eixample, una minuta apenas por debajo de los 60 euros por cabeza y una notable sensación general.

Post written by Daniel Muro

Tags: arroces, barcelona, boquerones, eixample, fritura, Hoteles, paco pérez, Restaurantes

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