Estocomo

Sucoa

jueves, noviembre 27th, 2008 | Barcelona, Restaurantes

Sucoa es otro de los diversos locales de tapeo modernillo que últimamente se han hecho un hueco en Barcelona. Como empiezan a ser muchos los que ofrecen una propuesta similar, la gente de Sucoa ha decidido buscar su diferenciación en algunas especialidades originales y en una adecuada relación calidad precio.

De entrada, no pudimos evitar una pequeña decepción al ver que las mesas, especialmente las bajas (hay otras altas que conviene elegir), están extraordinariamente pegadas entre ellas, por lo que no es raro tocar con tu silla en la de detrás. Además, el local es de fumadores y en la zona interior puedes cortar literalmente el humo.

Es igual, has venido a pasártelo bien, así que reinicias tu sistema e inspeccionas la carta para escoger a tus víctimas.

Para empezar, una coca de sardinas marinadas. No estaba mal, las sardinas grandes y frescas, aunque la coca -algo agalletada, si se me permite el neologismo- sufría lo suyo con la comparación de la reciente visita al Terrabacus.

A continuación, la flor de calabacín en tempura rellena de setas, de la que esperaba más. No me convenció la mezcla del relleno ni el rebozado, muy lejos de la ligereza de la tempura. Si lo llego a saber pido las croquetas, que me las había recomendado una persona de confianza, bien cultivada en estas lides.

Al lado de la citada flor se situó el milhojas de patata con butifarra esparracada. Éste sí me gustó mucho, tibio, con las patatas en su punto, la butifarra negra bien repartida, un divertido puntillo picante y unas virutitas de foie que suavizaban el conjunto.

Para acabar los salados, el trío de minihamburguesas en sus salsas. Fantásticas, de las mejores que he comido últimamente, con muy buena carne picada y acertadas en sus tres versiones de mango, foie y trufa (o aceite de trufa, al menos). Las tres salsas (de mostaza en grano, de manzana y una reducción de oporto) eran un buen complemento, aunque ya por sí solas hubieran triunfado.

En el postre sí que hice caso a mis consejeros y opté por esperar unos minutos a que prepararan el coulant de chocolate. No me arrepentí, era bastante digno (que eso ya es mucho para un postre que todo el mundo se cree que sabe hacer y que sólo hacen realmente bien unos pocos). El bizcocho estaba esponjoso y el chocolate algo líquido, pero en su conjunto, mejor de lo que perpetran habitualmente por ahí.

En el vino, servido a copas, no acertamos demasiado en la primera elección, un Sentido 2006 (Ribera del Duero), que nos aportó poco (lo vi lejos de su hermano mayor Neo), pero sí estuvo bien la recomendación del camarero para la segunda copa, La Vendimia, un Rioja que, dentro de su modestia, exhibió más estructura y unos taninos más pulidos. De postre, una copita de moscatel Soleado que también me gustó.

El servicio, muy simpático, hizo subir unos puntos la valoración global del local. La cuenta, con un importe final que no llegó a los 60 euros para dos personas, tampoco estuvo nada mal. Cada día cuesta más cenar por estas cantidades…

Post written by Daniel Muro

Tags: barcelona, platillos, Restaurantes, sucoa, tapeo

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