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Torre d´Alta Mar

miércoles, julio 22nd, 2015 | Barcelona, Restaurantes

En lo alto de la torre del teleférico de la Barceloneta, el restaurante Torre d´Alta Mar es, sin duda, uno de los top-3 de la ciudad en cuanto a vistas se refiere. Entre las alturas, el ascensor propio directo al restaurante, y el estilismo moderno-industrial, un poco al estilo del Jules Verne de la Torre Eiffel, el punto romántico-glamuroso del ágape está asegurado.

Mediodía entre semana y calor a tope, pero aun así me lo esperaba más solicitado. La discreción de la entrada y los precios, más cerca de un presupuesto de día especial que de visita improvisada, seguro que tienen algo que ver. Eso sí, ya en la mesa, la panorámica de la ciudad, impresiona lo suyo.

Pero lo que puede parecer una virtud, puede representar una barrera para la gestión del local, ya que los prejuicios de muchos -no me excluyo- pueden llevar a que uno se imagine estos sitios como un mero reclamo para turistas, con poca atención al producto, y menos a la cocina. Y no es así en este caso.

Disponen de varios menús predefinidos, pero la idea era hacer algo ligero y a nuestro aire, compartiendo algunos platos, así que tiramos de carta. Pero antes, como aperitivo del día, un pequeño gazpacho de sandía, muy fresco, con una pizca de queso de cabra rallado en polvo que me recordó la agradable composición de açaí de Joao Alcántara con el proyecto brasileño de Alquimia FOgO.

Y estando donde estamos, cómo resistirse a las gambas frescas de la Barceloneta a la sal. Producto fresco, animalillos de tamaño medio y cabeza generosamente dotada de sus jugos. La cocción, comme il faut.

En una preparación tan manida últimamente como los tartares, sorprende la melosidad del de dorada, con hoja de shiso, salicornia y caviar de trucha.

Algo más contundente, uno de los clásicos del local, el bacalao a la sartén, que acompañan de una crema suave de ajos a modo de pil-pil ligero, y de una resultona sanfaina de pimientos con chorizo que funciona mejor de lo que uno imagina inicialmente. Un punto de cocción más atrevido, dejando casi translúcido el bacalao, redondearía aún más el plato.

Convence también el Volcán Alaska, un correctísimo bizcocho de chocolate cubierto de un buen merengue, sobre crema de jengibre y el aporte ácido del polvo lyo de frambuesas. La ración, eso sí, nos supo a poco.

En las copas, brindis inicial con el cava de la casa, y una botella del moscatel seco malagueño de Botani 2013. No hay vino que me sepa más a uvas de Nochevieja que este 92 puntos Peñín. El ratio sobre bodega, algo superior al x2.

Pan correcto y muy buen servicio de sala. Sumándole petit-fours -conviene repensar alguno de ellos-, aguas y una infusión, un total cercano a los 90 euros por cabeza.

Post written by Daniel Muro

Tags: barcelona, barceloneta, óscar manresa, pescado, Restaurantes, teleférico, vistas

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