Estocomo

Petit Comité

sábado, mayo 2nd, 2009 | Barcelona, Restaurantes

La aventura tradicionalista de Fermí Puig –el erudito, como lo definió con acierto uno de los lectores de Estocomo- ha empezado con fuerza. Desde que abriera el Petit Comité, he tenido que invertir 4 intentos en conseguir una mesa para cenar en fin de semana y a una hora razonable.

Llevados principalmente por la curiosidad culinaria de una propuesta de Fermí, y en parte -lo siento, no puedo negarlo- por ese halo especial que generan los restaurantes de moda, nos dispusimos a adentramos en el local fashion del Petit Comité, repleto de recetas de la abuela (por supuesto, siempre que la abuela haya asistido previamente a un curso de nuevas técnicas de cocina).

Nuestra mesa, casi frontal a la barra central, ofrecía vistas a la cocina del local, en la que, a pesar del llenazo continuo (¡vaya ritmo doblando mesas!), tampoco se veía un estrés desbordante.

Empezamos con la esqueixada de bacallà que, al ser uno de los platos favoritos de Xocolata, se ha convertido en una de nuestras elecciones fijas -y un plato sobre el que pronto podré hacer una tesis-. Buen bacalao -sin llegar a la virtuosa melosidad del de Freixa Tradició-, buen tomate y acorde aliño, ligeramente avinagrado -en el mejor sentido-. A diferencia del de la Fonda Gaig (la mejor esqueixada que he comido últimamente), la de Fermí se ciñe más al estilo tradicional, sin incluir patata confitada. Buena nota general, pero hubiera ganado puntos servido algo menos frío.

Yo continué con el verat escabetxat, tierno, jugoso, con un excelente -y suave- escabeche, que hacía que el adjetivo sedoso definiera realmente bien el conjunto del generoso plato. La mejor elaboración de la noche.

El plato del que esperábamos más fue del que menos obtuvimos. El rostit de gall amb prunes -que ilustra la cabecera del post- lució muchísimo más a la vista que en boca. Puede que la causa es que no hubieran tenido el día con la receta en cuestión, pero todas las pistas llevaban a que hubieran tenido que recalentar el plato y que se les fue la mano -y mucho-. El gallo estaba demasiado seco y las ciruelas y orejones más aún. Sin duda, la decepción de la noche. Por nuestra parte, el error de no advertirlo al servicio -correcto toda la velada-, que seguro nos hubiera propuesto un cambio.

Nos ayudó el vino escogido, un ÀN/2 2005 (D.O. Baleares), que hacía tiempo que quería probar y que se comportó muy bien en la cena, mostrando una buena complejidad para lo que hace indicar su precio en bodega (en carta, el doble).

Acabamos con un sorbet de pomes al forn, bien conseguido en sabor, pero cuya exuberante ración lo hacía recomendable para una cena más ligera. Goloso petit-four con una buena orelleta de festa major.

No puedo evitar sentirme algo decepcionado, pero he leído muy buenos posts sobre Petit Comité, y algunos de ellos escritos por gente que me merece un gran crédito, más que suficiente como para pensar que no tuvieron el día, así que me reservo el derecho a volver a visitarles. Eso sí, les daré un tiempo.

Post written by Daniel Muro

Tags: barcelona, cocina tradicional, fermí puig, Restaurantes

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