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Koy Shunka

lunes, junio 1st, 2009 | Barcelona, Restaurantes

Dicen que Koy Shunka lo tiene todo para convertirse en poco tiempo en el mejor japonés de España. De hecho, parece que haya sido diseñado para eso. Local muy agradable de vanguardia, una de las barras más cómodas de la ciudad, show-cooking de nivel, un numeroso y bien adiestrado equipo de sala… y, por supuesto, una cocina japonesa moderna en concordancia con el entorno.

Para los que conozcáis a su hermano menor, el vecino Shunka, el estilo de Koy Shunka os resultará familiar, salpicado de algún ingrediente de mayor nivel (ojo, el nivel de materia del Shunka ya es alto) y complementado con algunas -no todas- elaboraciones un tanto más sofisticadas.

Tras un par de intentos fallidos de reserva, finalmente tuvimos suerte y pudimos ir a conocerles y celebrar nuestras grandes noticias -siento dejaros con la curiosidad-. Como es habitual en nuestras primeras visitas, optamos por un menú degustación. En este caso, el de 8 platos, denominado Shunka (tienen otro de 10, el Koy, que por su amplitud no nos pareció indicado para el selecto pero modesto estómago de Xocolata).

De los aperitivos, destacar la fina tempura de ortiga de mar. No sé por qué en Barcelona cuesta tanto encontrar buenos rebozados… ¿Será la harina? ¿la humedad? ¿el aceite?… Un día tendré que dedicarle un post a los rebozados -los buenos, que algunos hay- de Barcelona, aunque sólo sea por destacar su mérito en una ciudad tan deficitaria en esta técnica.

El primer plato del menú, el Kani Kaiso, o cangrejo real en salsa de erizo de mar y un punto de wasabi fresco. Sabroso y refrescante, un buen inicio, más para acabar de abrir boca que para llenar buche.

A continuación, la vieira, acompañada de un intenso caldo de espárragos, pero excesivamente hecha. Quizás el único punto negro de la noche, pero lo cierto es que no pude evitar acordarme de la sensacional vieira que comimos semanas atrás en el Kokoro.

El tartar de atún con colmenillas sí fue uno de los mejores tartares que he comido esta temporada, que no han sido pocos (si es que cuando un plato se pone de moda…). Un plato para disfrutar de él poco a poco, sin prisas, no se va a enfriar.

De pronto, la pequeña concesión a la carne, con un sabrosísimo secreto ibérico con jamón a la brasa, espardenyes y salsa de ciruela japonesa. Un señor mar y montaña japo-catalán, con tres excelentes ingredientes principales en perfecta simbiosis.

No podía faltar el sashimi moriwase. Un quinteto formado por atún, toro (sensacional), calamar (algún trozo duro), boquerones (la sorpresa) y un salmón fantástico.

Si creíamos que habíamos alcanzado el cénit gastronómico de la velada, faltaba por hacer aparición un descomunal bonito soasado con tomate rallado y salsa Ponzu… ¡qué delicadeza de texturas y sabores! El plato de la noche y se va al repertorio de candidatos a plato del año.

Antes de los postres y con el estómago empezando a dar muestras de colapso, el sushi moriawase. Tremendo, con el arroz muy al estilo de Shunka, buen repertorio de calamar (nuevamente el más flojo), anguila, y un triplete de gamba de Palamós, atún y salmón (los dos últimos soasados) que para sí querría Pep Guardiola.

Para finiquitar el ágape, la tarta de queso con helados de sésamo negro y wasabi. Correcto, aunque reconozco que necesito más preparación para que el helado de wasabi no me resulte demasiado extraño.

Para acompañarlo todo, tres cuartos de litro del riesling germano de fácil nombre Markus Molitor Haus Klosterberg 2007, un riesling sin madera que, pese a su juventud y ser el modesto de Markus Molitor, demostró que si últimamente se habla mucho de la denominación de Mosel-Saar-Ruwer es por algo.

Con un par de botellas de agua y un poleo menta (sí, efectivamente, lo más apropiado hubiera sido un té, pero el paladar de Xocolata es caprichoso), 150 euros bien pagados.

Post written by Daniel Muro

Tags: barcelona, cocina japonesa, Restaurantes, sashimi, shunka, sushi

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