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Mercatbar

miércoles, octubre 4th, 2017 | España, Restaurantes

Mercatbar es el primer proyecto que inició, ahora hará 7 años, Quique Dacosta en la ciudad de Valencia, basado principalmente en la fórmula de tapas y platillos. No tardaría mucho en llegar también Vuelve Carolina, este último con unas dimensiones más ambiciosas que las de este agradable gastrobar, aunque ambos alejados de las intenciones del espectacular triestrellado vanguardista que capitanea en Dénia el conocido chef cacereño afincado en la costa levantina.

Mercatbar luce estética actual y una estructura alargada que le permite una generosa barra de mármol y, a continuación, una acogedora zona de mesas, todo ello ambientado a modo de plaza de mercado. De ahí su nombre, entiendo, aunque su ubicación, a escasos 200 metros del Mercat de Colón también hubiera podido darle argumentos.

En su propuesta, 4 menús predefinidos y la opción a la carta, con una llamativa selección de tapas y platillos, algunos más reinventados que otros, en su mayoría de perfil local pero sin renunciar a las influencias externas, incluyendo también alguna versión de célebres hits de Dacosta, como el cubalibre de foie con escarcha de limón.

Recepción original, con palomitas de maíz y un divertido toque de curry. Llega también con celeridad el pan tostado, junto a un pequeño cuenco anexo con tomate rallado y aceite, en un formato que nunca me ha hecho olvidar el untado directamente -más bien al revés-, y más tras pasar estos días por Gresca Bar y Al Kostat.

Muy sabrosos los cubos de atún rojo, marinados en salsa de soja y pimienta rosa, con su puntito de wasabi. La textura, en cambio, luce menos, sospecho que por el corte irregular.

Más amables las carnes del ceviche de pez limón con maíz frito, servido utilizando un limón XXL como recipiente, y cubierto de un aire del propio cítrico que refuerza más si cabe los aromas mediterráneos de un plato ya de por sí exuberante en nariz.

En sintonía aromática y muy jugosos, los boquerones fritos con emulsión cítrica, revestidos de finas capas de pan en una idea resultona que da mucha vida al crujiente, pero que conviene mimar algo más para evitar ese pequeño, pero perceptible, rastro de aceite frito.

Es tierra de arroces y hay pocos cocineros más versados que Dacosta en la materia. De los 3 disponibles nos vamos al del senyoret, con gambetas rojas de Denia y rape, en llanda y con su costra pertinente. Académico, muy correcto, con un fondo de potencia media -supongo que la intención es hacerlo apto para todos los gustos- y, eso sí, en cuanto a la cocción, mis preferencias se mueven más en los puntos menos cobados.

Una de piña al natural -obviamente fuera de carta, ya que se ha extinguido la opción de ofrecer en ella la llamada fruta del tiempo-, y una buena torrija -vaya temporada llevo, en el buen sentido- con una mejor aún espuma templada de praliné.

Equipo de sala atento y muy agradable, y tiempos de servicio perfectos, plato a plato, sin prisas pero sin esperas.

En la parte líquida, aguas y un par de copas del chardonnay sencillo pero versátil de Puerto Alicante, por una de Armas de Guerra, un godello del Bierzo fragante y también funcional.

Lo relatado, 65 ajustadísimos euros para 2 adultos y una pequeña gourmet en ciernes.

Post written by Daniel Muro

Tags: arroces, platillos, quique dacosta, Restaurantes, tapas, torrija, valencia

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