Ziqú – Villa Marina

domingo, junio 28th, 2009 | Hoteles, Restaurantes, Resto del Mundo

Ziqú es el nombre del restaurante del Hotel Villa Marina, en Capri. En un lugar así, es difícil –e injusto-  comentar sólo su cocina y abstraerte de todo lo que te rodea, así que me concederé la libertad de escribir cuatro líneas del entorno, para poder acercar las sensaciones que evoca.

Ristorante Ziqú  |  Hotel Villa Marina  |  Capri

Ristorante Ziqú | Hotel Villa Marina | Capri

Ahora mismo estoy escribiendo bajo la sombrilla de una coqueta piscina, a escasos 20 pasos de la terraza donde cenamos anoche, quedándome a la izquierda los imponentes peñascos de 300 metros que separan Capri de Anacapri; al frente, el mediterráneo, con el Golfo de Nápoles al fondo, donde se junta cielo y mar; y a la espalda, el puerto de Capri.


La escandalosa tormenta de esta madrugada ha dejado un día inmaculado, con un cielo sólo menos azul que el mar, y adornado, más que manchado, por un par de nubes que dan algo de realismo a un paisaje sacado de Photoshop.

Con semejante escenario, aunque con el sol ya escondiéndose, nos sentamos anoche en una de las románticas mesas de la terraza del Ziqú, adornada con candelabros forjados e innumerables velas , fuente principal de iluminación del espacio.

Aparece un servicio discreto, profesional, y un maître de alta escuela, que aprovecha para sugerirnos una lubina recién pescada y un par de visitas a  Anacapri para el día siguiente.

Mientras esperamos que se hagan efectivas nuestras peticiones, aperitivo a base de un pequeño dado de risotto de alcachofas, crujiente y con intenso sabor a parmeggiano.

El primer plato, a compartir, se compone de mozzarella de bufala, tomate en rama y albahaca. Tan simple como efectivo y aromático. Excelente la mozzarella, jugosa y sin remojar un ápice el plato.

Mozzarella de bufala con tomate y albahaca  &  Lubina a la plancha

Mozzarella de bufala con tomate y albahaca & Lubina a la plancha

Para mí segundo, cómo no, me decanto por el consiglio del maître, la delicadísima lubina a la plancha que, a la vieja usanza, se encarga de limpiar en una mesa auxiliar tras previa presentación del magnífico ejemplar.

Xocolata se fue a los cubos de ternera –splendida qualità !-, que no podían negar su paso por las brasas, un toque justo de romero, y un acompañamiento de verduras salteadas con mantequilla que fue la única elaboración a la que hubiéramos modificado el punto de cocción, evitándole un par de minutitos de sartén.

La magnitud del roast-beef a cubos hizo que Xocolata se asustara –lo cierto es que no era para menos- y acabáramos intercambiando nuestros platos.

El postre corrió a cuenta del maître, tanto en lo que afecta a su elección (un pequeño topolino esculpido en mousse de chocolate), como monetariamente, ya que fue una cortesía de la casa, al igual que panes –algo flojos, quizás por la humedad del clima-, aguas y aperitivo. A ver si vamos tomando ejemplo por aquí…

Roast-beef a dados  &  Topolino de chocolate

Roast-beef a dados & Topolino de chocolate

Para regar la velada, un Quintodecimo Exultet 2006 (Fiano di Avellino), un excelente blanco, bien estructurado, con un toque de avellana en nariz y largo en boca, que se produce en las colinas de Mirabella Eclano, en la propia región de la Campania.

Junto a una noche idílica, las vistas de la costa de Capri y las estrellas, romanticismo en estado puro.


Post written by Daniel Muro

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