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Hetta [2019]

viernes, marzo 15th, 2019 | Barcelona, Restaurantes

La oferta gastronómica en Barcelona es amplia y, en no pocos casos, de muy buen nivel. Por contra, ante los formatos más convencionales -sean de cocina tradicional o actual- y, sobre todo, ante la proliferación de los que se dejan llevar por el peligroso éxito efímero de las nuevas tendencias, no son tantos los locales que se aventuran en una propuesta realmente original. Hetta es uno de ellos. Su personalidad gustará más o menos, difícilmente dejará indiferente, pero ese es precisamente el riesgo de los que no siguen la corriente.

Para empezar, no es un cocinero, sino cuatro, quienes ostentan la autoría de las creaciones de la carta. Cada uno de ellos idea sus platos, se responsabiliza de su elaboración, y los sirve y presenta al comensal. Como nexo en común, un estilo desenfadado y una carta dinámica, protagonizada por una decena escasa de ingredientes principales que cambian casi cada mes, todos conjugados en dos o tres recetas distintas, en función del nivel de calor (hetta, en sueco) que precise la elaboración.

Tercera visita en el último año, siempre a mediodía, aunque confieso que frecuento la zona. El Pge. Marimon se retroalimenta. En apenas 30 metros, dos vecinos de nivelón: Coure, barra y sala de las que hablo menos de lo que merecen; e Hisop, una de mis grandes debilidades. Es difícil no salir de uno sin sentir la tentación de planificar la visita a otro. A pesar de ello, menos público del esperado.

Me gustan los inicios con ostras. Una, fresca, sin más cocción que la del ácido del aliño, acompañada de flor de eneldo  encurtida. La segunda, tibia, al vapor, con aire de piparras. Ambas cumplen.

No es el plato para los detractores del verde, pero el atrevido hummus de rúcula y hierbas con endivia tiene su gracia. Bocado refrescante y crujiente -el habitual de la endivia, en realidad-, para dipear con un sabroso hummus de rúcula en agradable textura. En contra, el exceso -o mal reparto- del polvillo herbáceo con recuerdos a espirulina -si es que no lo era-.

Algo de bajón con la yema de huevo marinada con suero de parmesano y botarga, conjunto sápido ya de por sí salino y contundente, al que se le añaden, además, unas huevas de trucha y arenque que podrían reconsiderarse. Eso sí, no puedo evitar poner su foto en la portada del post.

Desagravio en toda regla con un estupendo parfait de pollo, flanqueado por la sorpresa de la tarde, en forma de láminas pera en almíbar de mostaza -como una mostarda moderada en azúcar-, una preparación tradicional italiana que sirve aquí de elegante compañamiento.

Aumenta la potencia con un buen risotto de cebolla a la sal, muy cremoso, que aparece en su recipiente natural.

Y convencen también las melosas mollejas de ternera, aunque en este caso con menor éxito de su guarnición, a base de puré de calabaza y pomelo que, a pesar de la valentía del aporte de notas dulces-amargas, el paladar -el nuestro, al menos- pedía un contraste más refrescante.

El apartado dulce ha dado un salto en estos meses, tanto en cantidad como en complejidad. Del exiguo listado de dos únicas entradas en mi primera visita (la tarta de frutas y crema o las frutas osmotozidas) se ha pasado a media docena de opciones, alguna de resultado tan satisfactorio como nuestro marshmallow relleno de crema de manzana, con chips lyo de la misma fruta.

Me reafirmo. Hetta es una propuesta diferente, atrevida y, en general, muy bien resuelta. Le añades un servicio de sala que sigue algo despistado, una copa de viognier, unas aguas y un café, y tienes un buen recurso para cambiar de registro por unos 45€ por cabeza.

Post written by Daniel Muro

Tags: céleri, diagonal, mostarda, parfait, passatge marimon, platillos, tribu woki

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